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📰 El Abelar: 25 años de datos revelan contaminación puntual y cambios en el nivel de agua

La cuenca del El Abelar, situada en la parroquia de Vizoño, ha sido durante más de dos décadas un verdadero laboratorio natural para entender cómo cambia el agua en el rural gallego. Un reciente estudio científico, publicado en la revista Hydrology, ha revelado que esta pequeña cuenca de 10,7 hectáreas sufre episodios de contaminación por nitratos y una evolución significativa en sus niveles de agua.


⚠️ Contaminación por nitratos: un problema estacional

Los datos muestran que la concentración de nitratos en el agua aumenta de forma puntual, especialmente después de lluvias intensas. Este fenómeno está relacionado con el uso de purines en prados y cultivos, que son arrastrados hacia los arroyos cuando el suelo no puede absorber toda el agua.

En meses con más de 100 mm de lluvia, los niveles de nitrato superan fácilmente los 6 mg/L, acercándose al límite legal para aguas potables.

Estos picos son un ejemplo claro de contaminación difusa, que no proviene de una fuente única, sino de muchas pequeñas acciones acumuladas a lo largo del territorio.


💧 Cambios en el nivel de agua: veranos más secos, picos más extremos

El estudio también revela una evolución progresiva del comportamiento del agua en la cuenca:

  • Veranos más secos: El nivel freático ha descendido ligeramente en los últimos 20 años, sobre todo en los meses de julio y agosto.
  • Respuestas más rápidas a la lluvia: Las lluvias intensas provocan más escorrentía superficial, lo que indica que el suelo retiene menos agua que antes.
  • Mayor irregularidad: A pesar de que la lluvia total anual no ha disminuido mucho, el agua se reparte de forma más desigual a lo largo del año.

Esto genera una cuenca más frágil, con menos capacidad para amortiguar sequías o prevenir la contaminación por arrastre.


✅ Conclusión

La cuenca de El Abelar, en Vizoño, ofrece una valiosa lección sobre cómo el uso del suelo influye directamente en el agua. La buena noticia es que ahora, gracias al uso de modelos predictivos basados en inteligencia artificial, es posible anticipar los picos de contaminación y tomar decisiones más sostenibles.

Este conocimiento puede aplicarse también en otras zonas rurales de Galicia que enfrentan retos similares, con el objetivo de proteger el agua sin renunciar a la actividad agraria y forestal.